martes, 22 de abril de 2014

Frases y diálogos de "Esta noche dime que me quieres"

Esta noche dime que me quieres

(L'uomo che non voleva amare) por Federico Moccia


  • Quizá te estuvieras cansando de la felicidad. Cuando vuelvas a encontrarla, sabrás apreciarla. 

  • Exhaló un largo suspiro y, tras volver a abrirlos, miró a su alrededor. De repente todo le pareció viejo; era como si el mundo se hubiera pasado y permaneciera inmóvil; como si todo estuviera allí desde hacía demasiado tiempo: la lámpara colgada en el rincón, a la derecha de la nevera; las tostadas sobre la encimera; la tabla de madera; el viejo cuchillo grande. Era como si su vida se hubiera paralizado aquel día. 

  • Detrás de cada frase siempre hay un porqué. 

  • A una mujer siempre le gusta sentirse enamorada. A veces incluso aunque no sea correspondida. Hasta diría que mejor si no lo es. 

  • Casi siempre nos esforzamos en descubrir quién ha tenido la culpa, cuando tal vez no la haya tenido ninguno de los dos. 

  • Hay el mismo número de personas buenas que de malas. Pero los buenos a veces se olvidan de las cosas en las que creían. 

  • Cada vez que conoces a alguien, tu vida cambia y, tanto si te gusta como si no, nosotros nos hemos encontrado; yo he entrado en tu vida y tú en la mía. 

  • Cuanto más te alejas, más te hecho de menos.

  • Hay cosas que no se pueden cambiar, hay que aceptarlas tal como son. Otras, en cambio, sí pueden cambiarse. 

  • Podría ser que volviéramos a encontrarnos… La vida está llena de sorpresas. Míranos a nosotros: hemos estado años sin conocernos y en el transcurso de una semana nos hemos visto dos veces.

  • Ya sabía porque un talento de aquellas proporciones había renunciado a la música. Y también sabía porque la había conocido. Era como él. Un alma a la deriva. 

  • La vida es como un columpio que oscila entre un campo al sol y una tormenta.

  • ­ — Cuando ya no te quiera, si eso llegara a suceder, te dejaré. No esperaré a que llegue otro hombre para tener el valor de hacerlo. 

  • —Eso es lo que me da miedo: tus ganas de que te admiren, tus ganas de gustar y de conquistar; esas frases dichas a medias cuando empiezas a conocerte, los sobreentendidos, las alusiones, el intercambio de ocurrencias que a veces se produce entre un hombre y una mujer para decidir quién tendrá el poder…
    — ¿El poder? ¿De qué?
    — Del amor. 

  • — Por la música. Que se enseñe, que se escuche, que forme parte de nuestra vida, que siempre sean las notas más bellas… Por la música de nuestro interior. 

  • Algunas películas hacen que la vida parezca mucho más fácil de lo que es. Por eso llegan las decepciones después. 

  • — A veces no sabemos apreciar lo que nos rodea. Siempre tenemos demasiada prisa…
    — ¿Qué quieres decir?
    — ¿Lo ves? Tú buscas otra cosa en mis palabras, tal vez una insinuación. Sin embargo, yo simplemente quería decir lo que he dicho. La belleza está a nuestro alrededor.  Veces estamos ciegos. 

  • Se metió en la ducha con el único pensamiento: "¿Le encontraré algún defecto? Y, sobre todo, algo aún más grave, ¿lo tendrá?"

  • A veces contestamos con demasiada seguridad sólo porque no estamos seguros del todo…

  • Creo que cada vez que una persona conoce a otra se abren nuevos caminos… Quién sabe qué pasará ahora. 

  • Te sentís como cuando te despiertan con un sobresalto: te acuerdas de lo que estabas soñando, pero ya es demasiado tarde. En los sueños todo va como tú quieres, no hay problemas, nadie se molesta o tiene algo que objetar. Los sueños son simples. 

  • Hay piezas que no se sabe dónde han ido a parar y que nunca se encontrarán. 

  • Mi promesa. Y el dolor, el echarla tanto de menos, no hace que la ame menos… Al contrario.

  • Si estás enamorada, estás enamorada y punto, no hace falta darle tantas vueltas.


  • Todos queremos de una manera distinta.

Federico Moccia en una firma de libros

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